Si queremos realizar una definición breve y precisa sobre lo que es la monetización y el valor de una empresa, podemos empezar por definir precio como el importe que pagamos por los bienes y servicios que demandamos en un momento determinado. Se trata de un valor monetario fijado y publicado. La fijación de precios tiene un componente lógico a la vez que económico, atendiendo a la ley de la oferta y la demanda, atendiendo a los costes de producción y primando la generación de un margen de beneficio como regla normal. No olvidemos que también puede tener un claro componente psicológico, como es el caso de productos gourmet o de calidad diferenciada, donde el precio pasa a un segundo plano. Una de las principales características del precio es su volatilidad. La ley de la oferta y la demanda hace que, atendiendo a las necesidades de mercado, pueda tener oscilaciones bruscas a lo largo del tiempo como así comprobamos en muchos de nuestros productos agroalimentarios como bienes comodities.
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Por otro lado, el valor, es el componente subjetivo de cualquier bien o servicio, de nuestra marca comercial, nuestra marca corporativa, nuestro trabajo y el conjunto de activos intangibles que tenemos, etc. Calcular el valor en este sentido se antoja complejo, ya que puede darse la situación donde en la determinación de este valor no existen ni compradores ni vendedores, se puede estimar en conciencia, sin necesidad de publicarlo, puede ser un componente intrínseco de lo que tenemos, de lo que hacemos. Cuando hablamos de valor y lo llevamos a términos económicos hablamos de la cantidad de dinero estimada que estaríamos dispuestos a pagar por un producto, por un servicio en base a una serie de valores que son absolutamente subjetivos ya que no dependerá de la oferta y la demanda y se caracterizará por su poca volatilidad. Para entender bien esta diferenciación de partida, les pongo algunos ejemplos.
¿Solo el valor contable es rentable?
Todas las cooperativas tienen un valor contable que se desprende de su contabilidad financiera, de su auditoría de cuentas, pero el valor que muestra su balance de situación, ¿creen que es el verdadero valor de su cooperativa? La respuesta es no. Indudablemente existe a su alrededor una serie de activos intangibles difíciles de medir y que en la inmensa mayoría de las ocasiones suelen obviarse o pasar desapercibidos. Existe un valor de no mercado que es francamente importante para determinar su verdadero valor.
Quien no tiene un recuerdo de algún ser querido, un reloj de su padre, ese detalle que alguien importante te regaló…Si hoy decidiésemos poner en venta ese bien, ¿aceptaríamos el precio que nos ofrecen? Atendiendo a las necesidades de cada cual tendríamos una respuesta u otra. Lo cierto es que, el valor nada tendría que ver con el precio que están dispuestos a pagarnos. Habría un valor emocional que difícilmente podríamos calcular. A través de la metodología de trabajo que aplicamos, es posible.
Todos sabemos lo que pagamos por el agua ¿Pero realmente ese es su valor?
Si lo llevamos a nuestro terreno y lo contextualizamos en un bien de uso escaso como es el agua, todas las personas entendemos de su importancia como bien esencial para la vida y para la obtención de los productos agroalimentarios que día a día ponemos en la cesta de la compra. Conocemos el precio que pagamos por ella, pero… ¿podríamos cuantificar su valor? Indudablemente su valor es altísimo, sin ella no podríamos vivir, sin ella no podríamos producir alimentos, pero son pocas las veces en las que nos hemos atrevido a calcular el valor que verdaderamente tiene.
Cuantifiquemos el valor de las cooperativas en la región
Hoy queremos trasladarles un proyecto, pionero en Castilla-La Mancha, que un buen día, decidimos emprender, con el objetivo de ver si era posible cuantificar todo el valor de no mercado y ese valor emocional que desde Cooperativas Agro-alimentarias y empresas del grupo generamos a las cooperativas de la región y a la sociedad de Castilla-La Mancha en general. Algo que partió como un trabajo de exploración nos ha permitido conocer el verdadero valor de lo que como organización aportamos y retornamos en términos económicos. Todo un reto para nosotros que finalmente ha dado sus frutos.
Proyecto de investigación junto a Universidades
Junto a la Universidad del País Vasco, ECRI y la Universidad de Deusto comenzamos un proyecto de investigación interna, contando con la colaboración interna de profesorado de la Universidad de Castilla-La Mancha y Casma Etical, consultora de recursos humanos. Este proyecto ha sido financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, SEPE y el FSE. Nos ha permitido obtener el VALOR SOCIAL que como organización aportamos al conjunto de nuestros grupos de interés. El pasado día 24 de julio de 2020 presentamos este proyecto en nuestra Asamblea General ordinaria.
En este proyecto hemos trabajado sobre el concepto del valor que aportamos a cada uno de nuestros grupos de interés (nuestros stakeholders). Este valor no lo encontramos en nuestra contabilidad financiera. Nuestro trabajo ha consistido en identificar las variables de valor para cada uno de estos grupos de interés con los que interactuamos en nuestro día a día: organismos públicos con los que interactuamos en calidad de lobby del cooperativismo agroalimentario de Castilla-La Mancha; Universidad; cooperativas de la región; entidades financieras; Confederación de Cooperativas de España; organizaciones de productores; Consejos Reguladores; medios de comunicación; plantilla de la organización; partidos políticos; entidades de seguros agrarios; competencia, etc. Todos ellos nos aportan y les aportamos valor (positivo o negativo).
Recuadrado
Los tres conceptos sobre los que hemos trabajado
- La determinación de nuestro valor de mercado, como valor que estamos trasfiriendo y que tiene una clara contrapartida en el mercado a través de un precio, quedando reflejado en nuestra contabilidad financiera.
- El valor de no mercado entendido como el valor que transferimos y que no tiene como contrapartida un precio y, por tanto, no se recoge de forma monetaria en nuestra contabilidad.
- Por último, el valor emocional, que representa la satisfacción que generamos a nuestros grupos de interés a través de variables como la importancia que suponemos para ellos, la fiabilidad, nuestra capacidad de respuesta, la seguridad, la empatía, etc.
Monetización del valor social
Todo ello es posible medirlo a través de este proceso de monetización del valor social.
A través de una metodología clara y precisa definimos el equipo de trabajo, identificamos todos los grupos de interés, las variables de valor para cada uno de ellos, los outputs que se generan o pueden generarse a partir de estas variables de valor y realizamos la cuantificación y cálculo del valor social generado en el año 2019. Los resultados han sido francamente positivos.
Nuestro valor social: 4,8 millones de euros
Nuestro valor social de mercado asciende en este año a 4,48 millones de euros. El valor de no mercado a través de la identificación y trabajo con los grupos de interés asciende a algo más de 18 millones de euros y el valor emocional a 8,9 millones de euros. La conclusión final de este proceso de trabajo e investigación nos ha demostrado que el verdadero valor que aportamos como organización, partiendo de nuestra contabilidad financiera, se multiplica por 7 el valor de mercado que se desprende de nuestra contabilidad financiera. Dicho de otra forma, por cada euro que generamos retornamos 7 a la sociedad.
Este proyecto muestra claramente que es posible calcular nuestro verdadero valor social, cuantificarlo, medirlo y dimensionarlo en el tiempo. Este proyecto es una muestra más de que podemos avanzar en nuevas vías de valorización de nuestras cooperativas para todos nuestros grupos de interés, nuestros clientes, nuestros proveedores, nuestra base social, nuestros colectivos de influencia, en definitiva.
Reflexiones
Vivimos tiempos de inseguridad, de retardo en la toma de decisiones, de nuevos escenarios derivados de una guerra abierta contra un virus que, ha alterado por completo nuestra economía, nuestras costumbres, nuestros comportamientos, nuestras decisiones de compra….
Vivimos en un mundo donde el capital se ha impuesto a las personas, donde lo social ha estado en un segundo plano, donde el sistema económico y social en el que vivimos, la propiedad privada y de los medios de producción han marcado la importancia que tiene el capital como elemento generador de riqueza y la gestión de recursos escasos. El modelo capitalista que impera en la economía de mercado ha marcado una tendencia clara que nos ha llevado a entender, en muchas ocasiones, que el valor de un bien o servicio es el precio que pagamos por ello. Esto no es correcto. Se requiere realizar una diferenciación entre ambos conceptos: el precio de un bien o servicio no es lo mismo que su valor. Parece lógico, pero a menudo tendemos a confundirlo.
Oscar Wilde solía decir que las personas conocemos el precio de todo y el valor de nada. Antonio Machado nos hablaba de que todo necio confunde valor y precio. En la misma línea, y más actual, Warren Buffet nos dice que precio es lo que pagas y valor lo que recibes. Así podríamos seguir indicando frases de personas ilustres de la historia pasada y presente que marcan diferencias claras entre valor y precio.
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