Todo lo que escribimos en este Boletín lo hacemos, mejor o peor, pero desde el corazón. Pero hay artículos que sabemos que, además, tocarán el corazón de todas aquellas personas de tengan la oportunidad de leerlos. Este, desde luego, es el caso.
El pasado día 11 de mayo, BODEGAS LATÚE y CIMA (Fundación para la Investigación Médica Aplicada), Universidad de Navarra firmaron un acuerdo solidario para trabajar en beneficio de la investigación contra el cáncer de ovario. Una vez más, las cooperativas de Castilla-La Mancha muestran su trabajo y compromiso con la sociedad.
Con este proyecto Bodegas Latúe ayudará a financiar la investigación sobre cáncer de ovario que desarrolla el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra destinando a esta causa 1 euro de cada botella vendida de la marca “Latierra ByLatúe 2017”. Este proyecto se presentó enmarcado en la conmemoración del día 8 de mayo como Día Mundial del Cáncer de Ovario en la Feria Internacional del Vino de FENAVIN.
El CIMA de la Universidad de Navarra tiene como objetivo la promoción y el impulso de iniciativas de Investigación y Desarrollo (I+D) que fomenten la investigación básico-clínica en el área de la salud y de la biomedicina, como es el caso del cáncer de ovario. Y es que el cáncer de ovario es la principal causa de muerte por cáncer ginecológico en nuestro país, debido a que casi el 80% de las pacientes son diagnosticadas cuando la enfermedad está muy extendida en la cavidad abdominal.
Nos situamos en Toledo, en el Hospital Universitario. En una de las salas de espera nos atienden José Morata (gerente de Bodegas Latúe) y su mujer Ángela Sánchez (Angelita). Angelita está esperando para recibir una de las sesiones de quimio que están ayudándola a luchar contra el cáncer de mama desde hace 4 años.
Vamos a hablar con José y con Angelita de este proyecto tan ilusionante y de la experiencia de ella en su batalla contra esta enfermedad que afecta a muchas mujeres. Seguro que estáis pensando en alguna cercana en estas circunstancias.
P: Angelita, ¿cómo te cae la noticia de que tienes cáncer de mama?
R: Me detectaron el cáncer el 13 de marzo de 2018. En ese momento, lloré mucho, muchísimo. Pero no lloraba por mí, lloraba por la idea de dejar sola a mi familia. La oncóloga que me atiende en Toledo, la Doctora Esteban, me dijo que el 90% de la evolución de mi enfermedad dependía de mi actitud. Así que llegó un día en el que dije: ya no lloro más. Y ahora, aunque el tratamiento es muy agresivo y hay días que me cuesta levantarme, miro la vida con energía y con positivismo, salgo y entro con mi marido. Incluso veo la vida y mi enfermedad con sentido del humor: he perdido la visión de un ojo y me doy cada porrazo en mi casa…y me tengo que reír, ¡qué voy a hacer!
P: ¿Cómo es tu día a día?
R: Me levanto muy tarde, a las 11.00 horas más o menos. Lo que sí me pasa es que duermo mal porque, igual que durante el día estoy cargada de ánimo, por la noche sí que me da por pensar más en el cáncer, en mi familia, ..es el peor rato.
A la hora de levantarme viene José y me trae el desayuno. Después hago todas las tareas de la casa. Siempre he querido encargarme yo, mientras sea capaz lo hago yo. Y si algún día tengo algún problema, mi hermana que vive cerquita, me ayuda.
Intento hacer la vida más normal posible. Y cuando llega alguna festividad, allí estamos nosotros. Mira, acabamos de volver de la Feria de Abril. Nos lo hemos pasado muy bien. Todas las personas con las que hemos ido me han cuidado muchísimo. Ha sido muy divertido. ¡Hasta las 3 y media de la mañana, imagínate!!!
P: ¿Cómo se lleva un tratamiento contra el cáncer en medio de una pandemia?
R: Durante el confinamiento inicial, el día a día, era como el de cualquier persona en España. Cuando estuvimos confinados, hacíamos por entretenernos en casa todos juntos. Pero no tuve miedo.
En cuanto al tratamiento, ha seguido con normalidad, venía al hospital viejo de Toledo y allí me lo daban con todas las medidas de seguridad posible.
El apoyo de mi familia y, especialmente de mi marido que siempre ha estado conmigo, ha sido fundamental en esos momentos y en todos.
Fíjate de después de cuidarnos tanto en los momentos más duros de la enfermedad, ¿sabes cuándo he cogido el Covid? En Sevilla, en la Feria de Abril. Pero ha sido muy leve, 4 días con un poco dolor de cabeza y nada más.
P: ¿Cómo surge la idea del Convenio de Colaboración?
R: En el momento de que me diagnosticaran el cáncer, mi marido quiso que fuéramos a que me vieran también en la Clínica de Navarra porque tenía a alguna persona conocida trabajando allí. De esta forma, fui a parar a manos del Dr. González, especialista en mi cáncer. Él y la doctora Esteban siempre se han coordinado para atenderme de la mejor forma posible, les estoy muy agradecida.
Hace unos meses, el Doctor González nos envió una carta explicándonos su proyecto de investigación sobre el cáncer de ovario. Y yo le dije a mi marido: ¡hacemos lo que este hombre diga! Primero porque nos ha tratado muy bien y segundo y más importante porque hay muchas personas a las que este proyecto puede significar salvar la vida. El cáncer de ovario da la cara cuando ya está muy extendido, así que este estudio es imprescindible.
Aunque no se trata del tipo de cáncer que a mí me afecta, hay que comprometerse por estar con todas las enfermas.
En las sesiones de quimio conoces a enfermas de cáncer con las que al final entablas una amistad. Es estupendo poder contar con ellas para compartir tus momentos. Tengo a una en especial, Eli, que nos damos muchos ánimos y compartimos nuestras experiencias. Mira, hubo una vez que con un tratamiento se me pusieron los pómulos rojos y me asusté. Pero antes de ir al oncólogo la llamé a ella y me dijo: ¡no te preocupes! Si esto es así. En dos días vuelven a la normalidad. Y así fue. Me ahorró un viaje a Toledo.
Si desde nuestro día a día, como ha hecho Latúe, podemos ayudar a todas esas mujeres que, como nosotras, nos encontramos en las salas de espera de las plantas de oncología y evitar que otras muchas lo sufran en su futuro, qué bonito sería, ¿no?
P: Angelita, no solo estás llena de energía, sino además te tomas tu situación con un sentido del humor que contagia.
R: Eso me dicen en mi pueblo. Yo creo que lo primero que hay que hacer es verlo como si fuera otra enfermedad más y hablar de ella con total normalidad. Sí, tengo cáncer, y no me importa decirlo y que se sepa.
Me encanta salir, así que en cuanto puedo lo hago. Hay veces, sobre todo cuando pasan un par de días del tratamiento de quimio, que estoy más floja y no me apetece. Pero el resto de los días, incluso el día mismo de la quimio, voy como si me hubiesen dado un chute de energía. Y José y yo salimos a tomar algo siempre que podemos.
Me arreglo y me gusta que me digan lo guapa que estoy. ¡¡¡Yo creo que hasta me queda bien el pelo así cortito!!!
P: ¿Qué mensaje lanzarías a todas aquellas mujeres que están pasando por tu misma circunstancia actualmente?
R: Yo les diría que es cierto que es una enfermedad con la que hay que aprender a vivir y eso puede ser difícil. Es muy triste al principio, pero hay que luchar por hacerte a la idea y seguir adelante. Siempre puedes contar con un equipo psicológico que te eche una mano es eso. Yo no lo he necesitado, aunque, como todas, he pasado por momentos muy tristes. Pero hay que tirar.
Os vais a cansar más, pero también se puede disfrutar más, porque le das más importancia a todo lo bueno que tienes.
Merece la pena por vosotras en primer lugar, por vuestra familia y amigos también. Solo hay una vida, disfrutadla al máximo.
Hay que tener ilusión por el futuro, que seguro que nos va a traer momentos bonitos. Y rodearte de personas que te quieren. En ese aspecto, yo me siento muy contenta porque tengo una familia que siempre está conmigo: mi marido, mis hijos, la novia de uno de ellos, mi hermana, su familia, toda la familia de José, y todos mis amigos y amigas que, incansables, no me dejan un momento sola, siempre que los necesito.
P: José, ¿cómo llega Latúe a implicarse a tal nivel en este proyecto?
R: El Doctor González está especializado en el cáncer de la mujer y nos hizo partícipe a sus pacientes y familiares de que quería comenzar un proyecto de investigación en la prevención del cáncer de ovario en una revisión de mi mujer.
A la vuelta de esta consulta, en el coche, pensé: ¿y mi empresa no podría participar de alguna forma? Lo hablé con el doctor y le pareció una idea maravillosa, pero había que darle forma en la manera de hacerlo lo mejor posible.
En cuanto lo trasladé a mi presidente la respuesta fue sí. Y en dos días estaba aprobado por el Consejo Rector. Pensamos en sacar una edición de 12.500 botellas de Latierra con una aportación de 1 euro por cada botella comprada.
Todos los días, en mi paseo en bicicleta, me dedicaba a pensar en cómo hacer para darle más importancia y se me ocurrió dar la oportunidad a otras empresas a que participaran. Así, fueron surgiendo muchos colaboradores y hemos podido llegar hasta los 20.540 euros, incluyendo una aportación también de la plantilla de Latúe.
P: Qué orgulloso debes estar de tu cooperativa y de tu mujer, ¿verdad?
R: La implicación de Latúe siempre es total en cualquier proyecto de este tipo. La presentación en FENAVIN, al lado de José Andrés (CIMA de la Universidad de Navarra), fue muy emotiva.
Y mi mujer es muy valiente. Al principio íbamos a charlas sobre el cáncer y salíamos muy tocados anímicamente, así que dejamos de ir. Desde entonces es ella sola la que gestiona sus emociones y mira el resultado: contagia su alegría. Cuando ha tenido alguna recaída, he intentado estar siempre pendiente. Aunque tiene una voluntad tremenda, también hay veces que necesita ánimos y hay que estar ahí. Se lo merece.
Hablar con Angelita es una inyección de fuerza tremenda. Qué voluntad, qué belleza de mujer por dentro y por fuera. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS y mil veces GRACIAS a los dos por darnos esta oportunidad y esta lección de vida.
Y a Bodegas Latúe por apostar por la mujer a todos los niveles, también por su salud. Ojalá cunda el ejemplo, seguro que sí.