La alfalfa representa el principal cultivo forrajero en regadío de Castilla-La Mancha al que en la última década se han dedicado una media de 20.000 hectáreas, sobresaliendo en el cómputo general, las extensiones de las provincias de Albacete y Toledo. El destino de la alfalfa verde o en rama ha sido su deshidratación en fábricas de transformación, y la elaboración de productos terminados con destino a la alimentación animal.